¡Hola! Mi nombre es Catalina, y hace 4 años tomé la mejor decisión de mi vida! Estaba por cumplir 15 y la pregunta fue: ¿Queres el viaje a Disney o la fiesta? Yo no quería nada de eso, quería algo más, algo que realmente me quedara para siempre en el corazón. Investigando sobre las opciones, encontré Rotary y su programa de intercambio para jóvenes, quedé hipnotizada y sabía que no quería hacer otra cosa. Corrí a contarles a mis papás, también fascinados por la idea, ya que era fuera de lo común. Averiguamos y encontramos un club a 60km, en La Pampa ese era el más cercano. Me recibieron con tanta calidez y emoción que agradezco todos los días, porque sin ellos yo no estaría contando esto. Apliqué y quedé, un intercambio corto, de 3 meses, en ese momento para mi era mucho tiempo, hoy puedo decir que se sintió como una semana, toda la vida voy a querer volver el tiempo atrás y quedarme 10 meses.
Después de un tiempo me dijeron: ¨te vas a Francia¨. Yo no lo podía creer, estaba tan contenta y ansiosa. Un mes después llegó Nais, una chica de mi edad, pero francesa. El choque cultural se vivió desde el primer día, los horarios, la comida, el idioma y todo lo que se imaginaran que puede ser diferente del otro lado del mundo. Nos enseñó mucho y nosotros a ella, se enamoró del mate y de las empanadas. Después de un mes, me tocó viajar sola con 16 años, siendo mi primer viaje fuera del país. París me recibió de día, llena de turistas (para variar), llena de cosas nuevas y llamativas, tardé una semana en caer que ya no estaba en casa, en procesar todo lo que había vivido las últimas horas. Recorrí, caminé y probé todo. Lo que siempre había soñado ahora lo estaba viviendo. Pasó un mes y yo estaba intrigada de conocer la escuela (lycée) a la que iba a asistir, conocer gente y hacer amigos. Primero tuve una cena con mi YEO y las demás intercambistas del club anfitrión (mis primeras amigas) que tuve la suerte de tener como compañeras de clase.
Al otro día empecé la escuela, lo mejor que me pudo haber pasado, donde conocí a las personas más simpáticas y amigables, ahora mis amigos, de todas partes del mundo y aun así tan cercanos. Creo que es lo que más agradezco del intercambio, haber conectado con quienes hoy son de mis amistades más lindas. Me enseñaron tantas cosas que jamás pensé que iba a aprender, con sus relatos me transportaba cada uno a su país, a su cultura.
A todo esto, yo no hablaba nada de francés, con mi familia anfitriona me comunicaba en inglés o español (pero a los franceses no les gusta que hablen en inglés, así que a veces no me entendían), en la escuela no entendía nada y con mis amigos hablábamos una mezcla de inglés, español y portugués (muy divertido). Estuve sin comunicarme mucho tiempo, lo cual me molestaba mucho, así que me propuse aprender y entender. Fue difícil, pero en solo dos semanas, entendí todo lo que me decían, ahora el problema era que no podía contestar, después de unos días, mucha práctica y mala pronunciación, empecé a contestar, como podía. Fue increíble. No solo aprendí un nuevo idioma, una nueva cultura y no solo viaje a Europa. Sino que hice mucho más que eso, formé vínculos para toda la vida, dejé mi marca en otro país y mi recuerdo en la memoria de otras personas, aprendí cosas que en 16 años nunca supe que existían o cómo funcionaban.
Voy a agradecer todos los días por esta oportunidad, y la recomiendo de todo corazón a quien aún tenga dudas!
Escrito por: Cata
(Outbound D4291 – 2021, Francia D1650)
Editado por: Rotex 4851